División del trabajo


División del trabajo, Igualdad de género y Calidad de Vida.
División del trabajo: Una definición general es el efecto que ha traído la industrialización en la época actual, donde los trabajos se han ido especializando para separar las tareas que se realizan en una empresa, esto con el fin de poder reducir a una secuencia determinada la acción de los trabajadores para poder tener una mejor capacidad de resolver problemas de índole similar o hasta un exlcusivo problema. Tal parece que la división del trabajo es una ley de conducta imperativa que se genera como un deber del ser en la sociedad (Durkheim, 2014).
Para el tema de economía del cuidado se hace la referencia a la división que es realizada entre hombre y mujer, denotando que la segregación es debida a las creencias sociales de que las mujeres se hacen cargo del cuidado y los varones del gobierno y la defensa. Este pensamiento ha sido denotado configuraciones problemáticas las cuales perturban la vida social, dislocan el funcionamiento de las instituciones y amenazan con invalidar categorías enteras de sujetos sociales, es decir, la segregación no puede ser solo entre hombres y mujeres, sino que además personas con discapacidades y personas de la tercera edad.
Efectos que conlleva la división laboral
Una problemática que se presenta es que las cargas de trabajo son distribuidas de una forma inequitativa, lo cual imposibilita la conciliación entre el ámbito familiar y el laboral que condiciona al sistema económico para sostener un modelo social que produce conflictos de diferente índole.
Aparece una diferenciación de mandatos, donde se alienta a las mujeres a ocuparse de las actividades no remuneradas (en el hogar) y al hombre a realizar actividades remuneradas (mediante un trabajo en una empresa o por medio de un local propio), provocando esto una serie de conflictos y ambivalencias entre las personas que son aceptados como “naturales”, haciendo que no se cuestionen sobre la discriminación y opresión de sus condiciones y exigencias laborales, debido a que están como mandatos morales.
Pérdida de autonomía por las personas que sufren los mandatos de género y a su vez discriminación laboral.
¿Qué es un mandato de Género?
Son coacciones sociales no percibidas y sostenidas por las propias personas que los asumen sin cuestionarlos, esto suele ser llamado por Bourdieu como violencia simbólica, esto es un tipo de violencia suave ya que genera que las mujeres aspiren a ser lo que la sociedad valora como “femenina” y cumplir las atribuciones “propias de su sexo”, siendo el mismo caso para los hombres buscando se lo que se valora como “masculino”. Este concepto varía en cada país respecto a que las sociedades tienen un diferente pensamiento sobre lo que debe hacer un hombre contra lo que debe hacer una mujer.
¿Existen propuestas para combatirlo?
Durante el 2004 Sarah Ahmed publicó La política cultural de las emociones en el cual habla de una economía de los afectos, donde la cultura y las emociones se afectan recíprocamente y, al establecer relaciones de mutua influencia, moldean a las personas y la sociedad culturalmente. Otro término a tomar en cuenta es el giro afectivo el cual, la misma autora (2004) junto con Berlant en 2011 plantean que no hay que comprender las emociones solo como estados psicológicos, sino como prácticas sociales y culturales que inciden en la vida pública.
Ahmed hace alusión a que las emociones deben tomarse como acciones, debido a que unas emociones negativas pueden conllevar a que los mandatos de género sean respaldados.
Grupos de feministas a lo largo del tiempo han realizado distintos movimientos para denunciar la discriminación laboral, mientras que los hombres no han hecho alguna queja por carecer de tiempo para otorgarlo a su familia, esto lo adjudican al término de violencia simbólica haciendo que las personas acepten e incluso se acomoden a su condición de opresión, pero también cabe destacar que debido a estos mandatos de género los hombres no se sienten responsables del cuidado de sus hijos, sino que su “deber” es proveer económicamente a la familia.
Actualmente existen gobiernos socialdemócratas que orientan el poder del estado para estimular a los hombres a ocuparse en mayor medida a las actividades del cuidado, pero esto no solo plantea un desafío a su masculinidad, sino que además incide en su desempeño laboral remunerado.
Nancy Fraser (1997) propuso avanzar hacia un modelo universal de suministro de cuidados, donde se obligaría al hombre a imitar a las mujeres en el cuidado primario, asumir otras obligaciones laborales y realizar actividades ciudadanas; este modelo liberaría a la ciudadanía de su pensamiento, pues impulsaría una política adecuada de cuidados especializados
 En México, las cifras del INEGI otorgadas por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo muestran una gran diferencia entre hombres y mujeres que se encuentran como población ocupada (de 15 años en adelante) recibiendo ingresos, un dato con el cual comparar esta gráfica es el % de mujeres y hombres que se encuentran en este rango de edad, donde el INEGI (Encuesta intercensal 2015, datos en %total de población) reporta el 37.8% y 34.7% respectivamente, lo que demuestra que a pesar de ser más mujeres en el país su inserción en la vida laboral remunerada se ve afectada por esta división del trabajo.


Gráfica obtenida mediante la tabulación de los primeros trimestres de la ENOE 2019
México a incluido a lo largo de los años diferentes políticas para promover la igualdad laboral, entre ellas el Plan de Género donde se crea el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y No Discriminación contra las Mujeres; La creación de la NMX-R-025-SCFI-2015 Igualdad Laboral y No Discriminación donde se establecen las bases para implementar y ejecutar prácticas para promover la igualdad en pro de las y los trabajadores a través de una certificación; Convenio 100 de la OIT, este promueve el acceso de las mujeres al trabajo remunerado, empleo decente y recursos productivos, en un marco de igualdad (OIT, 2019), entre otros diferentes programas que buscan la inserción laboral de las mujeres, pero como se puede observar en las cifras antes mostradas no han presentado un alto impacto y esto también es debido a las creencias antes mencionadas.
GIECAE ES UN GRUPO CONFORMADO POR INVESTIGADORES Y ESTUDIANTES DEL INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL, UNIVERIDAD IBEROAMERICANA CDMX, UNIVERSIDAD LA SALLE MÉXICO, CENTRO INTERDISCIPLINARIO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS SOBRE MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO Y UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO, ASÍ COMO ESPECIALISTAS, SOCIEDAD CIVIL Y OTRAS ORGANIZACIONES QUE TRABAJAN EN EL TEMA DE ECONOMÍA DEL CUIDADO