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Los adultos mayores en México: Demografía


Para poder entrar al tema es necesario conocer la definición de un adulto mayor, esta la otorga la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores indicando que es toda persona que tenga 60 o más años de edad, por otra parte, esta ley fue aprobada en el 2014, aunque estadísticamente se utiliza la edad a partir de los 65 años para considerar un adulto mayor, esto debido al nivel de dependencia que comienza a emerger debido a las limitaciones que se pueden presentar como el caminar, subir escaleras, cargar objetos, ver, oír, entre otros.


 

Continuando con los conceptos se presenta el envejecimiento activo, termino definido por la OMS que lo define como un proceso para optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen, es decir, con respecto a la idea del párrafo anterior la dependencia aumenta pero eso no implica que se deba carecer su nivel de vida, sino que se pueden otorgar mejores programas o planes de inclusión social y servicio de cuidados que puedan mantener o mejorar las condiciones tanto físicas como psicológicas que permitan a la persona mayor de edad no decaer su nivel de bienestar.

Respecto a la división por discapacidad, limitación o no presentar ninguna de las anteriores podemos destacar alrededor del 36% de los adultos mayores no presentan ninguna discapacidad o limitación, mientras que el 26% presentan alguna discapacidad y el 38% tienen alguna limitación. Además, en el grupo etario de entre 70 a 79 años se presenta una mayor población con discapacidad y de 80 en adelante una mayor limitación respecto a su propio rango de edad.

Para el caso de México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (ENADID) se visualizaban para el 2018 cerca de 15.4 millones de personas mayores, representando el 12.3% del total de la población y presentando una tendencia a continuar creciendo con el paso de los años, tal como la OMS tiene previsto a nivel internacional. Con estos datos también se presenta el siguiente cuadro, en el cual se observan los estados con una mayor proporción de adultos mayores respecto a la población por estado, teniendo así en los primeros lugares a la Ciudad de México con un 16.16% de la población total, Morelos con un 14.42%, Veracruz con 14.15% y Nayarit, Oaxaca, Sinaloa y Michoacán encontrándose alrededor del 13% de adultos mayores respecto a la población total del estado.


De acuerdo con datos de la Consejo Nacional de Población (CONAPO), para 2019 se tenía un promedio de esperanza de vida de 75.1 años y se estima que para el 2030 sea de 76.7 años.

Una dimensión poco visualizada la presentamos a continuación, donde de acuerdo a la Encuesta Intercensal del INEGI en 2015 y la ENADID, el 35.3% de los hogares en México cuentan con al menos con una persona mayor o igual a los 60 años y el 30.5% de los hogares tienen un jefe o jefa de familia mayor o igual a los 60 años, es decir, 3 de cada 10 hogares es sostenido principalmente por una persona mayor y también casi 4 de cada 10 adultos mayores son personas ocupadas (37.88% del total), pero ¿A qué se dedican? El 51.2% son trabajadores independientes, es decir, trabajan por su cuenta (por ejemplo, comerciantes u ofrecer servicios personales), mientras que el 28% es empleado y el resto se distribuye en trabajo como jornalero, obrero, patrón o empleador, a su vez, cabe destacar que el 5% de la población adulta mayor realiza un trabajo sin ser remunerado.

Con estos breves datos se puede observar que los adultos mayores permanecen trabajando al ingresar en esta etapa de la vida, que permanecerá en aumento la población respecto al total y que se pueden otorgar más facilidades de inclusión social y laboral que puedan garantizar su bienestar, dado que para algunos hogares son la base principal de sustento económico.

Necesidad de cuidados en México

De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI, 2016) en México hay una población de poco más de 119 millones de personas de los cuales, 61 millones son mujeres representando un 51.3% de la población y 58 millones de hombres que son el 48.7%. La proporción de niñas, niños y adolescentes ha disminuido y se ha incrementado la de adultos y adultos mayores; estos últimos pasaron de 6.2% en 2010 a 7.2% en 2015. El 6% de la población (arriba de siete millones de personas) manifiesta tener algún tipo de discapacidad y las principales son para caminar y moverse, ver y escuchar.



De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares 2017, se estiman un total de 34.1 millones de hogares; el tamaño promedio del hogar es de 3.6 (que se redujo respecto al 3.8 del año anterior). Los hogares con jefatura femenina ascendieron a 28.5% mientras que en 2014 la proporción era de 27.2%. El 89% de los hogares fueron familiares, es decir, por personas en las que al menos una tuvo algún parentesco con el jefe(a) del hogar. 

En particular, en la Ciudad de México hay una población de 8.9 millones de personas siendo el segundo estado más poblado de México, del total el 52.6% son mujeres y 47.4% hombres. El 22% son menores de quince años que requieren cuidados y son dependientes económicos, 14.3% (1.3 millones) son mayores de 60 años de los cuáles 57.5% son mujeres y el 42.5% son hombres. En la Ciudad de México, el grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más es de 11.1 años, lo que equivale a segundo año de educación media superior. Un 37.8% de los hogares en la Ciudad de México son de jefatura femenina, siendo el estado con mayor incidencia de jefatura femenina. De acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015, en el país un 21.5% de personas se reconocen indígenas de acuerdo con su cultura e historia; en la CDMX la proporción es del 1.5% de la población total. 



 La CDMX es el centro económico del país que se dedica principalmente a la actividad del comercio formal e informal, por lo que es polo de atracción de migrantes nacionales en búsqueda de trabajo y mejores oportunidades, quienes finalmente terminan encontrando trabajo en el sector informal y, particularmente, las mujeres en el trabajo de cuidados doméstico.

Ante el contexto socio demográfico y económico de México y principalmente la CDMX, caracterizado por un creciente envejecimiento de la población y el ingreso de las mujeres al mercado laboral es clara la presión de la demanda de cuidados para personas adultas mayores y niños y otras personas dependientes.

Así, la CDMX ha tenido que crear soluciones formales e informales, donde se involucran diferentes tipos de actores para atender esta demanda. En general se tiene un sector de trabajo de cuidados pagado, un sector de cuidados no remunerado y un sector de cuidados centrado en el apoyo mutuo y reciprocidad.

En las próximas publicaciones iremos hablando de cada uno de estos sectores.

División del trabajo


División del trabajo, Igualdad de género y Calidad de Vida.
División del trabajo: Una definición general es el efecto que ha traído la industrialización en la época actual, donde los trabajos se han ido especializando para separar las tareas que se realizan en una empresa, esto con el fin de poder reducir a una secuencia determinada la acción de los trabajadores para poder tener una mejor capacidad de resolver problemas de índole similar o hasta un exlcusivo problema. Tal parece que la división del trabajo es una ley de conducta imperativa que se genera como un deber del ser en la sociedad (Durkheim, 2014).
Para el tema de economía del cuidado se hace la referencia a la división que es realizada entre hombre y mujer, denotando que la segregación es debida a las creencias sociales de que las mujeres se hacen cargo del cuidado y los varones del gobierno y la defensa. Este pensamiento ha sido denotado configuraciones problemáticas las cuales perturban la vida social, dislocan el funcionamiento de las instituciones y amenazan con invalidar categorías enteras de sujetos sociales, es decir, la segregación no puede ser solo entre hombres y mujeres, sino que además personas con discapacidades y personas de la tercera edad.
Efectos que conlleva la división laboral
Una problemática que se presenta es que las cargas de trabajo son distribuidas de una forma inequitativa, lo cual imposibilita la conciliación entre el ámbito familiar y el laboral que condiciona al sistema económico para sostener un modelo social que produce conflictos de diferente índole.
Aparece una diferenciación de mandatos, donde se alienta a las mujeres a ocuparse de las actividades no remuneradas (en el hogar) y al hombre a realizar actividades remuneradas (mediante un trabajo en una empresa o por medio de un local propio), provocando esto una serie de conflictos y ambivalencias entre las personas que son aceptados como “naturales”, haciendo que no se cuestionen sobre la discriminación y opresión de sus condiciones y exigencias laborales, debido a que están como mandatos morales.
Pérdida de autonomía por las personas que sufren los mandatos de género y a su vez discriminación laboral.
¿Qué es un mandato de Género?
Son coacciones sociales no percibidas y sostenidas por las propias personas que los asumen sin cuestionarlos, esto suele ser llamado por Bourdieu como violencia simbólica, esto es un tipo de violencia suave ya que genera que las mujeres aspiren a ser lo que la sociedad valora como “femenina” y cumplir las atribuciones “propias de su sexo”, siendo el mismo caso para los hombres buscando se lo que se valora como “masculino”. Este concepto varía en cada país respecto a que las sociedades tienen un diferente pensamiento sobre lo que debe hacer un hombre contra lo que debe hacer una mujer.
¿Existen propuestas para combatirlo?
Durante el 2004 Sarah Ahmed publicó La política cultural de las emociones en el cual habla de una economía de los afectos, donde la cultura y las emociones se afectan recíprocamente y, al establecer relaciones de mutua influencia, moldean a las personas y la sociedad culturalmente. Otro término a tomar en cuenta es el giro afectivo el cual, la misma autora (2004) junto con Berlant en 2011 plantean que no hay que comprender las emociones solo como estados psicológicos, sino como prácticas sociales y culturales que inciden en la vida pública.
Ahmed hace alusión a que las emociones deben tomarse como acciones, debido a que unas emociones negativas pueden conllevar a que los mandatos de género sean respaldados.
Grupos de feministas a lo largo del tiempo han realizado distintos movimientos para denunciar la discriminación laboral, mientras que los hombres no han hecho alguna queja por carecer de tiempo para otorgarlo a su familia, esto lo adjudican al término de violencia simbólica haciendo que las personas acepten e incluso se acomoden a su condición de opresión, pero también cabe destacar que debido a estos mandatos de género los hombres no se sienten responsables del cuidado de sus hijos, sino que su “deber” es proveer económicamente a la familia.
Actualmente existen gobiernos socialdemócratas que orientan el poder del estado para estimular a los hombres a ocuparse en mayor medida a las actividades del cuidado, pero esto no solo plantea un desafío a su masculinidad, sino que además incide en su desempeño laboral remunerado.
Nancy Fraser (1997) propuso avanzar hacia un modelo universal de suministro de cuidados, donde se obligaría al hombre a imitar a las mujeres en el cuidado primario, asumir otras obligaciones laborales y realizar actividades ciudadanas; este modelo liberaría a la ciudadanía de su pensamiento, pues impulsaría una política adecuada de cuidados especializados
 En México, las cifras del INEGI otorgadas por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo muestran una gran diferencia entre hombres y mujeres que se encuentran como población ocupada (de 15 años en adelante) recibiendo ingresos, un dato con el cual comparar esta gráfica es el % de mujeres y hombres que se encuentran en este rango de edad, donde el INEGI (Encuesta intercensal 2015, datos en %total de población) reporta el 37.8% y 34.7% respectivamente, lo que demuestra que a pesar de ser más mujeres en el país su inserción en la vida laboral remunerada se ve afectada por esta división del trabajo.


Gráfica obtenida mediante la tabulación de los primeros trimestres de la ENOE 2019
México a incluido a lo largo de los años diferentes políticas para promover la igualdad laboral, entre ellas el Plan de Género donde se crea el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y No Discriminación contra las Mujeres; La creación de la NMX-R-025-SCFI-2015 Igualdad Laboral y No Discriminación donde se establecen las bases para implementar y ejecutar prácticas para promover la igualdad en pro de las y los trabajadores a través de una certificación; Convenio 100 de la OIT, este promueve el acceso de las mujeres al trabajo remunerado, empleo decente y recursos productivos, en un marco de igualdad (OIT, 2019), entre otros diferentes programas que buscan la inserción laboral de las mujeres, pero como se puede observar en las cifras antes mostradas no han presentado un alto impacto y esto también es debido a las creencias antes mencionadas.
GIECAE ES UN GRUPO CONFORMADO POR INVESTIGADORES Y ESTUDIANTES DEL INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL, UNIVERIDAD IBEROAMERICANA CDMX, UNIVERSIDAD LA SALLE MÉXICO, CENTRO INTERDISCIPLINARIO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS SOBRE MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO Y UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO, ASÍ COMO ESPECIALISTAS, SOCIEDAD CIVIL Y OTRAS ORGANIZACIONES QUE TRABAJAN EN EL TEMA DE ECONOMÍA DEL CUIDADO